La Asociación para la Integración del Discapacitado Físico en Tenerife (Aidifte) ha encontrado en la boccia, un deporte paralímpico similar a la petanca, una ilusión compartida, una motivación y una fuente de alegría.
La Asociación para la Integración del Discapacitado Físico en Tenerife (Aidifte) se creó hace 18 años. Es un colectivo que se mueve por el mundo en silla de ruedas y que comparte hogar en el Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física (CAMF) de El Sauzal. David González les hizo descubrir la boccia, un deporte adaptado paralímpico, similar a la petanca. Ahora han conseguido crear el primer club deportivo de boccia paralímpica de Canarias.
Juan Jesús Escobar Méndez es el fundador de Aidifte y el principal impulsor del CD Aidifte Boccia. Junto al resto de sus compañeros y voluntarios han logrado poner en marcha un equipo formado por 11 jugadores que les permite soñar a lo grande y que, además, ha inspirado una iniciativa similar en Gran Canaria. Uno de sus primeros proyectos será, precisamente, reunirse con los jugadores de boccia de la isla vecina en un primer encuentro regional que esperan poder celebrar en junio en El Sauzal.
El día de entrenamiento es el más esperado para este grupo de personas con discapacidad física que ha encontrado en la boccia una forma de disfrutar, aprender y compartir. Recientemente acudieron al Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Manuel González Pérez, en La Orotava, donde explicaron a alumnos y profesores qué es esto de la boccia, este deporte paralímpico, concebido para personas con discapacidades motoras, discapacidad física grave, parálisis cerebral y personas en silla de ruedas, que ya tiene en el municipio de El Sauzal el primer club fundado en Canarias.
¿Qué es la Boccia?
La boccia, cuyos orígenes se remontan a la Grecia Clásica, es una compleja combinación de táctica y habilidad. Se practica de forma individual, por parejas o equipos, sobre una pista rectangular en la que los jugadores tratan de lanzar sus bolas lo más cerca posible de la pelota blanca que sirve de objetivo, a la vez que intentan alejar las de sus rivales, en un ejercicio continuo de tensión y precisión.
Cada jugador, pareja o equipo dispone de seis bolas en cada manga y gana aquel cuya bola termine más cerca de la blanca. Además, recibirá un punto extra por cada bola adicional que haya conseguido acercar a la blanca por delante de la primera del contrario. Las competiciones individuales y por parejas constan de cuatro mangas, mientras que las de equipos se componen de seis. (paralimpicos.es).